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sábado, 20 de noviembre de 2010

Madrización: Un regalo.

Buenas noches, te escribo desde el despacho en el que  trabajo a diario, escribiendo, dibujando, pensando, creando...

Acabo de dejar sobre la mesa, un libro que quería comenzar a releer, por que debo compartir contigo el siguiente texto:

Quiero ofrecerte un regalo, presta atención, te voy a contar como comencé a percibir mi realidad de forma distinta.

Hace unos años era una persona de otro planeta al que me encuentro en la actualidad,  mi físico se ha visto transformado, pero no es el aspecto que más ha cambiado en mi, he conseguido restaurar mi capacidad de aprendizaje.

Vivía una vida acelerada, con prisas, sin darme cuenta de nada, intoxicado, abducido, rodando a toda velocidad en una espiral que siempre recorría la misma elipse, creyendo que ya lo sabia todo, ciego, mudo y sordo, vacío, sin recuerdos emocionales, engañado, cerrado en un mundo hermético, aunque paradójicamente rodeado continuamente de personas, fruto de mi incapacidad de permanecer conmigo mismo en soledad, ¿qué paso, que abrió una nueva vía que me hizo desplazar a otra espiral distinta?




Creo que fue un impacto emocional severo, ligado a un primer contacto con mí ser, que me hizo empezar a tomar consciencia del misterio de la vida. Descubrí y dialogué con mi ego, aquel que  hace que te erices cuando te lo tocan, comencé a visualizar un contexto, una de las primeras imágenes que vi con mi ego liberado, fueron las cuatro torres, de ahí la amplia presencia de esta imagen en Madrización.

Poco a poco, fui tomando contacto con el entorno, empecé a ver,  a descubrir el mundo, a ver los atardeceres y las salidas del sol, a fijarme en que las nubes son de color rosa, y en ocasiones toman formas similares al horizonte circular de la tierra, a sentir unos fríos que no son exclusivamente térmicos, a sentir compañía en soledad, a verme en el resto de personas y a darme cuenta que pese a estar aislado y rodeado de piel, me resulta más agradable tener conciencia de que las personas que me encuentro son tan importantes como yo, aprendí a ver la vida en la majestuosidad presencial de un árbol, y a dejar de tener temores o a reducirlos en la medida de lo posible.

Comencé a entender que pese a lo corta que es la vida, durante ella todos pasamos por las mismas etapas y lo que hoy me pasa a mi, mañana te puede pasar a ti, y si a mi aún no me a pasado, lo debo respetar aunque no lo entienda, por que es tu vida.

Aprendí que los consejos se dan sólo cuando se piden, que las opiniones  si se piden, se dan como se piensan, aprendí que un paso de cebra lo importante siempre es el peatón por que es una persona.

Aprendí que si por las noches dedico antes de dormir un rato a evaluar mi día y planificar el siguiente, me levanto de la cama sin sueño, con ganas de salir a la calle, aprendí que nos quejamos constantemente de nuestra vida sin hacer nada para cambiarla, aprendí que los trenes son un buen medio de transporte.
Aprendí que la energía es un bien escaso, y que debemos cuidar el planeta para que nuestro hijos no vean llover ceniza, no vean un sol rojo, no vean ríos con más algas que agua, y no vivan en ciudades en las que sólo se coma carne y no tengan que beber agua contaminada constantemente, por que el humo hace que su boca se seque hasta el punto de sellarse por la falta de hidratación y no tengan que buscar angustiosamente por las calles algún elemento de color, por que todo es gris, no tengan que comprar el color por que no se ve color.

Aprendí que después de una perturbación siempre viene una calma, aprendí que la doma de caballo es uno de los trabajos más importantes y que si tienes miedo, sólo se pude aprender a montar si logras hablar con el caballo.

Aprendí que la humanidad ha cometido delitos que aún resuenan por las ciudades, y que la solución no está, desde mi punto de vista, en hacer desaparecer las cosas para acabar con el problema, por que la materia ni se crea ni se destruye, y siempre esta ahí, aprendí que un pensamiento puede crear materia, y que la materia destruida o no focalizada, pero pensada, puede conseguir ser más presente que el objeto físico en sí, aprendí que las sensaciones se producen por las emociones generadas de los pensamientos, aprendí que las sensaciones  son las que verdaderamente afectan al ser y las que nos hacen estar bien o mal, y no la gente o las circunstancias como antes creía.

Aprendí a vivir mi vida, y a coger las riendas de un caballo que todos compartimos.

Aprendí que mi trabajo no está en una oficina, aprendí que si te quieres te comienzan a querer, y a darme cuenta que lo que quiero es querer, y que la gente me quiera.

Aprendí, que un desconocido puedes encontrar un hermano, y que los animales, si los abrazas y pones su lomo en tu pecho, respiran igual que tú, e incluso puedes respirar al mismo ritmo, aprendí que el Madrid actual es muy parecido al de los años veinte del siglo veinte, aprendí a ver pintura en la arquitectura, aprendí que se puede hacer un  viaje en un tren, no sólo con un tren, aprendí que los fines son principios, aprendí que una señora mayor se puede subir de un salto a un asiento para dejar una maleta, aprendí que cuando se llega a un sitio que es tu sitio sale el sol.


Aprendí que hay que vivir la vida como si el día que vives fuera el último, aprendí a querer encontrarme con la gente que quiero, por que a lo mejor en un futuro no puedo hacerlo, aprendí que el mejor mensaje que dar a una persona que no entiende nada de una vida es el AMOR.

Aprendí que en una ciudad están todas las del mundo, aprendí que el origen es el refugio, aprendí que la psiquiatría está aún en el neolítico, aprendí a leer en las rosas, aprendí que una vía puede ser una calle, aprendí que la casualidad no existe, y aprendí que ser feliz no es un regalo si no la consecuencia de unos actos.

Aprendí que somos lo que pensamos.

Aprendí que es muy fácil decir palabras, pero muy complicado ayudar a cambiar sentimientos en otras personas, aprendí que pese a creernos incomprendidos por estar encerrados en un cuerpo, todos somos iguales, aprendí a que para conseguir tranquilidad debes pensar y trabajar mucho en ti.

Aprendí que hay que trabajar para vivir y no al contrario, aprendí que me agobia ver a la gente comer un bocadillo en una furgoneta por que no dispone de tiempo para comer, aprendí que no quiero trabajar una vida para tener un techo donde dormir que con el tiempo se destruye y se cae y que parece un nicho, aprendí que hay ciudades que parecen cementerios, y que las ciudades a veces se callan.

Aprendí a que para aprender hay que desaprender lo que no te sirve, aprendí que es complicado cambiar pero si quieres puedes, aprendí que me gusta oír llover y el ruido del viento, aprendí que todos podemos escribir el guión de nuestra vida, aprendí que en una conversación se aprende más escuchando, y que si escuchas a la vida, está te va delimitando el camino.

Aprendí que existen las paradojas y que estas sólo hacen más divertido el juego, aprendí a jugar a los disfraces y a los roles, a leer un rostro, y a descifrar mensajes que no se escuchan, ni se leen, ni se ven, ni se palpan, aprendí que me gusta la forma de una piña, aprendí que me gusta la soledad, aprendí que los amigos son ángeles, y que mi teléfono suena cuando tiene que sonar, aprendí que el momento más oscuro de la noche es justo el momento antes de la salida del sol, aprendí que se puede hablar con el corazón.

Aprendí a decir lo que pienso con respeto, aprendí a amar a los demás.

Aprendí que no me gusta hacer siempre lo mismo,  que no me gustan los compromisos, aprendí que me gusta la novedad, aprendí a conocerme y a escucharme.

Aprendí que el aprendizaje nunca acaba.

Dedicado desde lo más profundo del corazón a todos los que me enseñaron.

8 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho Migueluche Madrizizado y me alegro de que te sientas así...

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  2. Gracias Edu, me alegra que te guste, un abrazo.

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  3. Me alegro mucho Miguel, que estes sintiendote asi, creo ya haber pasado un poco por todo esto y lo mejor que puedes sacar es aprender a ver y a disfrutar la vida de una mejor manera. Que el dinero no lo es todo, y que es mejor dejar valores en la vida que cosas de valor.
    un abrazo.
    Ili

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  4. Gracias, Ilicha.
    En gran medida, el cómo me encuentro en la actualidad, mucho es consecuencia de lo que aprendí aquellos meses en Mallorca con vosotras.
    Gracias por cruzarte en mi camino. Un abrazo.

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  5. Me alegro por todo eso, me ha encantado. TE QUIERO. Amaia

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  6. Gracias amaia, yo también te quiero.
    Madrización aprendió mucho en Bilbao, esa tierra de soles.

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  7. Que bueno haberte conocido chaval!! Eres una gran persona y escondes alguien muy grande dentro de algo tan pequeño como tu jajajajaja
    Yo estoy intentando aprender eso que tú dices... aprender... a vivir!!!

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  8. Gracias Lorena.
    Yo creo que todos llevamos dentro un potencial enorme, de hecho la potencialización de ese aspecto individual y social, fueron los primeros pensamientos de Madrización.

    Lorena, yo también me siente afortunado de haberte conocido y no quiero perder el contacto contigo, madrzAción une, ya sabes.

    CONTIGO APRENDÍ.
    Nunca se me olvidará que contigo va junto ;).

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Madrización te agradece cualquier reflexión que quieras incluir como comentario en cada entrada, muchas gracias.