Anoche, cambiaste de década iluminado por millones de estrellas, que colmaron tu soledad.
Un camino se abre ante ti, dibujado por árboles de hoja caduca que han dejado de brotar raices para comenzar a dar fruto.
Un camino se abre ante ti, dibujado por árboles de hoja caduca que han dejado de brotar raices para comenzar a dar fruto.
Tras tropezar en miles de piedras en el paseo, debes estar alegre, pues aún guardas la capacidad de salir airoso de la caida, y comenzar a caminar de nuevo, ya no piensas en caer, si no en la hora de levantarte, cuando lo recuerdas aún te emocionas.
Lloras de emoción por encontrar palabras amigas que describen tu paseo, no seques las lágrimas de tu mejilla ya que es la fuente que te recordará el lecho de tu río.
Ocurre a diario, en nuestra casa, este pequeño globo que gira, hay un momento en que unos ojos ven la estrella que nos da paz, su brillo pasa a tus ojos, y entonces tu iluminas, es un brillo que te eriza la piel e ilumina el rostro, pero se guarda en el alma.
Gira da vueltas en tu eje, conoce lo desconocido, pues no es locura sino sentimiento.
Bienvenido a la década de los años sin nombre en el pasado siglo, esperemos encontrarlo en este.
Ayer no sonaron las campanas en Gerona.
Amo tanto la vida.
Ayer no sonaron las campanas en Gerona.
Amo tanto la vida.
Gracias E. (protagonizo.blogspot.com) y Miguel (ocurreadiario.blogspot.com) por este momento.
Este momento efímero de nuestra vida contiene todo el pasado y todo el porvenir. Somos la eternidad, pero los sentidos nos dan una falsa ilusión de nosotros mismos y de las cosas del mundo. Velos de sombra, fuentes de error más que de conocimiento, nuestros sentidos sacan el hoy del ayer, y crean la vana ilusión de todo el saber cronológico, que nos impide el goce y la visión infinita de Dios.. El poeta, como el místico, ha de tener percepciones más allá del límite que marcan los sentidos, para entrever en la ficción del momento, y en el aparente rodar de las horas, la responsabilidad eterna. Acaso el don profético no sea la visión de lo venidero, sino una más perfecta visión que del momento fugaz de nuestra vida consigue el alma quebrantando sus lazos con la carne. Este soplo de inspiración muestra la eternidad del momento y desvela el enigma de las vidas. El inspirado ha de sentir las comunicaciones del mundo invisible, para comprender el gesto en que todas las cosas se inmovilizan como en un éxtasis, y en el cual late el recuerdo de lo que fueron y el embrión de lo que han de ser. Busquemos la alusión misteriosa y sutil, que nos estremece como un soplo y nos deja entrever, más allá del pensamiento humano, un oculto sentido. En cada día, en cada hora, en el más ligero momento, se perpetúa una alusión eterna. Hagamos de toda nuestra vida a modo de una estrofa, donde el ritmo interior despierta las sensaciones indefinibles aniquilando el significado ideológico de las palabras.
VII
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